sábado, febrero 04, 2006

¡Viva la imparcialidad! Sin palabras...

Eso es tener la mirada blanca...

"Al Barça le ha pillado por sorpresa la expulsión de Ronaldinho, contra la que claman desde el arzobispo hasta el último feligrés. No es de extrañar, visto el trato que venían disfrutando por parte de los árbitros durante el ya larguísimo villarato (que se remonta más allá de las Ligas de Tenerife) y más en los últimos y turbulentos tiempos. Pero no conviene equivocarse mucho. El Barça gozó de su penaltito inventado en La Romareda en el partido de ida, y un gol fuera en estas eliminatorias apretadas no es cosa desdeñable. Respecto a la tarjeta, la verdad es que Ronaldinho no tenía por qué haber hecho lo que hizo. Ronaldinho salió sobreexcitado y eso es malo. El fútbol agradece una especie de allegro ma non tropo, una actitud de gran impulso mental y físico en cada acción, pero sin sobrepasarlo. Cuando alguien, jugador o equipo, se sobrerrevoluciona, llegan los problemas. Ronaldinho estaba sobreexcitado y se le veía en los primeros planos. Tras una falta en la que la barrera se le adelantó entró en autocombustión, fue como una moto a por el que llevaba el balón y pasó lo que pasó. Para mí, se arrepintió y frenó en el último instante y eso minimizó los daños en Cani, pero no la impresión en los ojos del árbitro. Y le costó la roja. [Alfredo Relaño / As]"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ni que lo digas... Objetivusmo al poder!!!!